viernes, 31 de enero de 2014

Día 31: Buon giorno

Como dije la semana pasada, vendría esta sólo a decir "Hola", o mejor dicho "Buon giorno".

Hoy no hay pesos ni medidas porque ayer no fui a la dietista por incompatibilidades logísticas. Pero ya estaba todo previsto teniendo en cuenta mi viaje a Italia. Me he portado más o menos bien, allí. No he comido guarradas pero no me he saltado un postre. Eso sí, hemos caminado muchísimo y he vuelto a casa pesando incluso menos que la última vez. Cada jueves me peso al salir de la ducha, por lo que en casa peso menos que en la consulta. El último día pesé 88,5 kg y el miércoles, después del city break, pesé 88 kg. Así que, aún y habiéndome saltado la dieta, no habiendo ido al gimnasio y habiendo comido dulces y pan, he perdido 500 gr. Eso sí, a parte de la ida y venida del aeropuerto, sólo hemos cogido un bus para ir bien lejos de la ciudad.
Total, que ser turista puede ser productivo.

Sin embargo, desde que he vuelto, no he ido al gimnasio tampoco. No he conseguido despertarme pronto y además no he podido ir por la tarde. Hoy sí voy, sin falta. Necesito mi disis de endorfinas.

viernes, 24 de enero de 2014

Día 24: Problemas de agenda

Peso: 89,9 kg (-1) [peso tomado por la tarde, y no por la mañana como el resto de ocasiones]
Cintura: 106 cm (-3)


Hoy vengo aquí un día más tarde por cuestiones de tiempo. Está semana me ha pasado el tiempo volando, lo que normalmente es una buena señal. También lo es en este caso pero lo que es evidente es que, si bien he perdido 3 cm de cintura, sólo 1 kg de peso.
Como digo en la nota, a la dietista he ido siempre por la mañana pero esta vez he tenido que ir por la tarde, por lo que la comparativa es diferente. Seguramente en adelante iré ala tarde también, así que veremos los cambios. En mi casa, a la hora normal (y desnudo), pesaba ayer por la mañana 88,5 kg, lo que me pone muy contento. He bajado de los 90 y eso está ya muy bien. Y lo que me hace más feliz es sentirme menos hinchado. La barriga sigue ahí, pero pantalones que antes me iban justos ahora me van bien. Ganas tengo muchas de ponerme los que quedaron al fondo del armario.
He ido sólo dos veces al gimnasio en estos días. Varias razones, algunas tienen que ver con actividades que hago y trabajo, pero la más importante esla dificultad de levantarme a las 6:30 am. La mayoría de los días no llego a casa hasta las diez, por lo que, ente que me hago la comida del día siguiente y la cena, se me hacen las once pasadas. Y así se retrasa todo y suelo andar despierto aún haciendo cosas por casa a la una de la madrugada. Total, que a las 6:30 casi no he llegado ni a la mitad del primer sueño. Todos los días menos uno he apagado el despertador y he seguido durmiendo, y cuando he vuelto a abrir los ojos era demasiado tarde para ir y llegar al trabajo a la hora. Así qué estoy algo decepcionado conmigo mismo.
Además esta semana he tenido 3 compromisos y, como suele suceder, los tres han sido de comida o cena. Así que haber perdido 1 kg sólo cuando no he hecho ejercicio y cuando he comido mal tres veces (no siempre mal del todo), no está tan mal.
La semana que viene vendré aquí a decir "Hola", pues no iré a la dietista por imposibilidad horaria. Además, mañana sábado me voy de viaje hasta el martes, por lo que me saltaré la dieta cuatro días enteros. Intentaré portarme lo mejor posible, pero me voy a Italia, por lo que alguna pizza y algo de pasta tendré que comer. Y bastante chianti, eso seguro. Sí vengo contento, me he mantenido. Sí vengo triste, son más de dos. No hagan apuestas.

jueves, 16 de enero de 2014

Día 16: Drogas y monstruos

Peso: 90,9 kg (-2,6)
Cintura: 109 cm (-2)

"¿Cómo ha ido la semana?", me ha preguntado la dietista cuando he entrado en su consulta. Yo he respondido que bien y es verdad. Le he explicado que un día me salté la dieta un poco porque fui a comer fuera, pero que me porté bien dentro de lo que cabe. "Pero bebí una copa de vino", le he dicho, aunque en realidad fueron dos. No era por mentir, era por no especificar.
Ha ido bien, es cierto. No he tenido antojos extraños ni me he levantado en mitad de la noche a violar la nevera. Tampoco hay mucho en la nevera para tentarme, por lo que es cierto que algún día he comido un trozo de jamón después de haber cenado por intentar llenar un hueco que en realidad no es de hambre.
Pero en general ha ido bien porque he estado bastante ocupado. Ayuda mucho no estar tirado ante el televisor sin ver nada interesante.
Además he ido al gimnasio todos los días que he podido, esto es cuatro veces desde la última entrada. Conseguí hablar con el técnico del gimnasio para que me guiara sobre lo que debía hacer. En un principio me iba a dar una rutina pero finalmente me dijo que sí iba a ir cuatro veces por semana, debía hacer por lo menos 1,5 h de ejercicio cardiovascular cadaver vez. Supongo que considera que he de hacer 5 h cada semana, por eso el cuarto de hora extra. Aún no he conseguido superar la hora, pero cada vez voy subiendo cinco minutos. Ya dije que no me quiero matar con esto, pero sobre todo es el hecho que nunca he hecho ejercicio y no estoy acostumbrado. Deseo el día en que hacer 1,5 h no me suponga esfuerzo.
Lo que sí es un esfuerzo, y cuesta, es el momento antes de ir al gimnasio. La pereza de antes de ir a casa a buscar las cosas e ir hasta allá. Una vez allí no hay vuelta de hoja; te tienes que cambiar porque ya estás dentro. Y una vez encima de la bici te marcas una meta y la tienes que cumplir.
Lo que he descubierto, que parece que es algo que por alguna razón no quieren que se sepa, es la sensación eufórica que te queda después. Una vez has acabado si no todo lo previsto, casi, te duchas, te cambias y sales al aire frío de invierno sintiéndote mucho mejor de lo que habías entrado. A la endorfina la llaman la droga natural y quizás sí es una droga. Me encanta sentirme así, con la piel limpia después de haber sudado corriendo o en bicicleta, después de haber estado un rato en la sauna, después de haberme duchado. Pero aún me falta encontrar la manera de que, cuando suene el despertador a las 6:30 am, me levante y me ponga en marcha. Ayer y hoy, con la tarde ocupada, la mañana perdida tras apagar el despertador sin hacerle caso, mi ración de endorfina no ha llegado. Espero que mañana, bien pronto, empiece un mejor y más alegre día.

jueves, 9 de enero de 2014

Día 9: Dolor bueno

Peso: 93,5 kg
Cintura: 109 cm

Quizás habéis pensado que lo de ir al gimnasio fue un farol. Total no hubiese sido la primera vez que me propongo algo y luego voy y no lo hago. Pero no. Fui. He ido al gimnasio. El martes (antier) me inscribí como era mi intención y estuve casi una hora haciendo ejercicio. Y ayer volví a ir, esta vez a primera hora –lo que implica hacer el esfuerzo de levantarse más pronto– y estuve más o menos una hora también.
No me voy a matar a hacer ejercicio porque además aún no he podido hablar con el técnico para que me guíe, ya que no tengo ni idea. Quiero empezar poco a poco para no crear una aversión. Ambos días he hecho 20 minutos de bicicleta, 5 de bicicleta elíptica (me agota) y 10 de cinta. Y después he usado alguna de las máquinas que tienen. Ayer, además, fui a la sauna y me relajó sobremanera.
Ayer estuve muy bien todo el día. Quizás es verdad que hacer ejercicio por la mañana va bien para, así, generar endorfinas. Pero hoy (que tengo intención de ir por la tarde), tengo agujeras. No tantas como sería de esperar, pero tengo. Además, tengo en sitios en los que no había tenido nunca. Sin duda por haber usado una máquina que ejercita un músculo que no he ejercitado en mi vida.
Supongo que las agujetas no son para siempre, espero.

Hoy he ido a la dietista. Me ha dicho que me ha visto más motivado que nunca. Esto me ha animado. Los pesos de hoy en adelante serán los de la visita. Sin embargo, yo me suelo pesar por las mañanas y hoy pesaba 91,5 kg. Pero claro, desnudo y sin desayunar.

La semana que viene ya veremos cómo estoy. De momento, con muchas ganas y muy motivado. ¿Será posible que hacer ejercicio sea bueno?

domingo, 5 de enero de 2014

Día 5: Planes al agua

Peso: 94 kg
Cintura: 109 cm

Han pasado 6 meses desde mi última entrada. En este tiempo podría haber bajado a 80 kg y haber vuelto a engordar. Es así de difícil y es así de fácil. Pero no. En este tiempo he subido hasta 98 kg, envuelto en un ambiente de desasosiego y desesperanza. Finalmente, hace dos semanas, mi vida sentimental llegó a su fin y ahora empieza una nueva vida, un nuevo año, y un nuevo futuro como soltero.
Podría estar peor. Podría haber decidido comerme todos los turrones de Suchard del mundo. Podría haberme emborrachado y dejado llevar. Pero no lo hice. No lo he hecho. Eso sí, me comí toda la comida basura que tenía en la nevera y en los armarios pero decidí que el día 1 volvería a la dieta, y empezaría de cero. Por esta razón hoy es el día 5, y no el 234, que es el que hubiese tocado, porque pongo el contador a cero a partir del 1 de enero y esta vez va a funcionar.

Está claro que para conseguir bajar de peso tienes que tener el apoyo de los que te rodean. Yo no tenía el de mi novio. Ahora ya no tengo novio así que lo tengo que hacer yo solo.

Empecé el día 1 haciendo un poco de detox: en todo el día sólo comí piña y dos yogures. Estaba ya un poco harto de las comilonas de Navidad y de Fin de Año y necesitaba hacer limpieza. Me he portado bien todos los días menos una cena, y no me porté tan mal como hubiera podido.
El jueves día 9 voy a la dietista. Empiezo de cero así que como si todo lo anterior nunca hubiese pasado.
El martes me inscribo en el gimnasio. No tengo mucho tiempo pero intentaré ir las tardes que tenga libres y, sino, al menos ir a nadar por las mañanas. Ya me he comprado el gorro y el bañador.

No estoy animado, no os voy a mentir. Pero tengo esperanzas. Miro fotos de cuando estaba delgado y siento algo entre nostalgia y envidia. ¿Puede uno tener envidia de uno mismo?

martes, 4 de junio de 2013

Día 19: Carrera de obstáculos

Peso: 93,6 kg (-1)
Cintura: 111 cm (-1)

Hoy es martes.  Las últimas dos entradas las había escrito en sábado, con los pesos y medidas tomadas en la visita a la dietista, el jueves. Esta vez han pasado cinco días desde que fui a la dietista, así que voy a verla dentro de dos. Sin embargo, no he podido, o no he querido, venir a escribir cómo me sentía. Y debería haberlo hecho.
Me he sentido mal. Sólo bajé un quilo en esa segunda semana y se me empezó a hacer todo cuesta arriba. Había estado haciendo ejercicio, incluso corriendo a ratos (algo nuevo en mí), pero ver que me esforzaba y no servía de mucho me hace sentir mal. Sí, lo sé, cada gramo cuenta. Sí, lo sé, un quilo a la semana está muy bien. Sí, pero es que quiero sentirme mejor ya.
También he de decir que la semana pasada tuve algunas actividades "extraescolares". El viernes por la tarde merendé más de lo que debería pero es que por la noche tenía una cena y tenía permiso para saltármela (siempre y cuando no me excediera demasiado).
Y tras un fin de semana estudiando, tras una semana con exámenes y otras responsabilidades, el domingo acabé saltándome la dieta a la torera.
Me he sentido mal, desde entonces, cierto. No física, sino moralmente. He sentido que me he defraudado a mí mismo, he sentido que me he estafado. Sé que aquí llega el círculo vicioso, pero no. Por suerte, he tenido valor y me he repuesto. Lo he remediado y he intentado corregir el desaguisado (con la expectativa de por lo menos estar a menos quinientos gramos el jueves). Finalmente hoy peso 1 kg menos que la última entrada. A ver qué pasa en la dietista.

No he podido ir a caminar estos días --tengo exámenes y poco tiempo. Pero al menos hoy tengo la buena noticia que a partir de mañana empiezo a trabajar, por lo que al menos tendré más actividad, me levantaré pronto y, tras los exámenes, podré aprovechar las tardes en intentar convertir este cuerpo mío lleno de grasa, en un lugar agradable en el que vivir.

Sé que me queda mucho por recorrer aún. Sé que no es fácil. Sé que hay baches en el camino. Soy consciente de cómo sobrellevar todos estos problemas o como evitar esos baches, pero cuando el Lado Oscuro se apodera de mí, no atiendo a razones.

Esta entrada es corta pero me voy con los ánimos levantados y las pilas algo cargadas.

sábado, 25 de mayo de 2013

Día 9: Destino Río

Peso: 94,6 kg (-3,4)
Cintura: 112 cm (-2)

Hoy es el noveno día. La primera semana ya ha pasado. Fui a la dietista de nuevo y me preguntó cómo había ido. "Bien", le dije, "aunque ayer me comí 4 onzas de chocolate" (al día me puedo comer 2 onzas de chocolate sin azúcar). "Bueno, de todo lo que podías haber hecho, aún...". Sí, es cierto. Luego nos estuvimos debatiendo de si la semana anterior me había pesado por la mañana y esta después de comer. Yo andaba algo desanimado, no sé porqué. Lo miro ahora y veo que he bajado 3.4 kg en 7 días (contado de viernes a viernes), no está nada mal.
Le conté que había hecho deporte. "Bueno, deporte... He ido a caminar.", especifiqué.
No he hecho deporte desde el instituto. De hecho, el chándal que estoy usando estos días es del instituto, lo increíble es que me quepa. ¿Estaba tan gordo entonces? No me acuerdo.
Durante algunas semanas en 2006 fui en bici con mi hermana por los caminos alrededor de mi pueblo pero la experiencia acabó en tragedia: me atacaron unas abejas y pasaron varios años en volver a ir en bici. Cuando era pequeño me quedé atrapado en un ascensor; hasta que no trabajé en un hotel no volví a montarme en uno. Pues lo mismo con la bici: hasta que no fue un medio de locomoción corriente en mi último trabajo, no volví a montarme en una bici más que una vez, para hacerle un favor a una amiga (y en el lado izquierdo de la calle).
Pero me doy cuenta de que mi terror al ejercicio va mucho más allá. Dicen los que sí que corren o hacen deporte que es el momento que dedican para pensar, y que limpian muchos trapos sucios. Estos días he estado recordando escenas del colegio y del instituto. Los niños eran malos, eso es de esperar, pero también lo fueron los profesores. Alguno menos que otros (recuerdo uno joven que debía sentir compasión), pero por lo general ninguno se preocupó en por qué no podía con mi alma a los 16.
Estoy haciendo deporte, digo, y me siento como un atleta olímpico. Llevo una semana yendo cada día a caminar. Eso para mí es muchísimo. Camino rápido entre media hora y una hora y en casa hago un poco de bicicleta elíptica (lo máximo que he conseguido han sido diez minutos). Me sorprendo yo mismo.
Hoy he intentado correr un poco y no puedo o, quizás, no puedo aún. Espero que sea así. Me he cruzado con un chico que estaba corriendo con normalidad y he sentido envidia. De momento sigue sin gustarme pero al menos lo estoy haciendo ¡y cada día! Me está costando mucho sacar la fuerza de voluntad pero, de momento, lo estoy consiguiendo.
Me duelen las piernas. Me duele la tibia (o el peroné, yo qué sé). No sé si puede ser algo importante o sólo la falta de ejercicio. No sé si es que no caliento lo suficiente o no
estiro o qué, pero recuerdo perfectamente que esto era así ya en el instituto. No me duele el músculo, aunque sí es cierto que se me pone tenso, pero supongo que eso es normal; me da la sensación como si me doliera el hueso.
Siempre ha sido así, cuando tengo que correr porque pierdo un bus o llego tarde a algún sitio, siempre me duele. Creía que era por falta de costumbre, le prestaré atención, en todo caso.
Me gustaría que me gustase el deporte. No me gusta verlo ni hacerlo. Sin verlo puedo pasar, pero querría hacer algo, por aquello de la disciplina y el team work. Qué deporte elegir también es el problema. No coordino por lo que fútbol o baloncesto no puede ser. Quizás tenis fuese una buena elección. Algún día, quizás, maybe.
Ay, qué ganas tengo de que me guste esto de ir a caminar/correr. De que en realidad me sirva para cargar las pilas y no para descargarlas del todo. Los que conozco que corren a menudo lo hacen por la mañana antes de ir a trabajar: "Me da la energía que necesito para todo el día", me dicen. Pero yo voy a la hora que puedo y cuando vuelvo sólo tengo ganas de tirarme en el sofá y sin energía ni para cambiar de canal.
Me he duchado, he ido a hacer la compra y he merendado ya cuando escribo esto y, aunque si tuviera más cosa que hacer las haría sin ningún problema, ni siquiera el libro que tengo a medias creo que voy a abrir. Y duermo. Duermo mucho desde que ha empezado este frenesí.
No sé porqué estoy desanimado si debería estar muy contento. He perdido peso, he hecho más ejercicio en una semana que en los últimos tres años. ¿Será la falta de azúcares?
Un quiropráctico (creo) una vez me dijo que el cuerpo tarda 21 días en acostumbraras a algo. Esto venía porque nos estaba dando una charla de cómo nos debemos sentar (piernas sin cruzar o como mucho cruzadas hacia atrás, por debajo de la silla). Nos dijo que si nos forzamos a hacer algo durante 21 días seguidos, nuestro cuerpo se acostumbra y pasa a formar parte de él. Hace siete días que empecé a caminar, supuestamente ¿en catorce más me gustará? Aunque ayer no fui, ¿quiere decir esto que tengo que empezar desde hoy? ¡Qué rollo más grande! Quizás busque un hipnoterapeuta.